domingo, mayo 20, 2007

El Castro de Las Cogotas

Hoy voy a hablaros de este castro, en la provincia de Ávila. El recuerdo de Argantonios nos hace tener gran predilección por los lugares de tinte prerromano, y así aprovechando una visita que hice, junto a Ismael y Sonia, a la ciudad de la impresionante muralla, la antigua Abula, y tras la comida y un pequeño paseo emprendimos rumbo a este castro que fue de los antiguos vettones, ese pueblo céltico que ocupó las actuales provincias de Ávila, Salamanca, y parte de Cáceres, Toledo, incluso una pequeña parte de la provincia de Madrid, y que nos dejaron sus características esculturas zoomorfas en granito, los conocidos como verracos, entre los que se encuentran los populares Toros de Guisando, aunque existen muchos otros
disiminados por distintos lugares de lo que fue zona de influencia de estas gentes, y así hay otro bien conocido junto al puente romano de Salamanca, donde el ciego del Lazarillo de Tormes golpeó la cabeza de Lázaro diciendole "necio, aprende, que el mozo del ciego un punto ha de saber más que el diablo", ésto tras haberle dicho anteriormente que acercara el oido al toro, pues un ruido iba a oir dentro de él.












Toro del Puente romano de Salamanca


Para llegar a La Cogotas desde Ávila hay que tomar la carretera de Salamanca
(N-501), para pocos kilómetros después tomar una carretera comarcal (Av-812) rumbo a Cardeñosa, municipio donde se encuentra este antiguo poblamiento.
Justo unos kilómetros antes de llegar a Cardeñosa nos desviamos a la derecha en un camino donde un cartel indica claramente la existencia de este yacimiento arqueológico.















El camino es precioso, es de al menos dos o tres kilómetros, y ahí se puede apreciar el característico paisaje abulense de rocas de granito y bosques de encina, y uno se pone a imaginar, como casi siempre que se visita un lugar de éstos, si el horizonte que contempla es parecido al que percibían los oriundos de este castro hace más de dos mil años, queriendo uno creer que sí, pues afortunadamente muchos de estos poblamientos que fueron abandonados se encuentran en lugares bastante alejados de lo urbanizado, aunque siempre, buscando una mayor aproximación a lo que pudo ser, uno se pone a sumar arbolitos a la visión real que contempla, pues ya se sabe que mucho es lo que se ha desforestado desde entonces. De todas formas la construcción de la presa sobre el río Adaja que se concluyó hace apenas trece años, en 1994, ha cambiado totalmente el paisaje del entorno al castro, e incluso una parte que encerraba el segundo recinto amurallado del castro, quedó inundada. Así nos conto muy amablemente el señor que trabajaba en el castro de Las Cogotas como guía y cuidador del mismo. Daba gusto oirle hablar sobre el castro de Las Cogotas y todos los circundantes, pues en un radio de no muchos kilómetros alrededor de la capital de la provincia se encuentran varios castros vettones, así el de Ulaca, con su famoso altar de los sacrificios rupestre, además que es el mayor castro celta de Europa, pues sus murallas encerraban unas 80 hectáreas, el de la Mesa de Miranda en Chamartín de la Sierra, que según nos dijo era su favorito en la provincia de Ávila,
pues se encuentra mejor conservado que el resto debido a que allí no hubo tantos canteros como en Las Cogotas, que hasta hace apenas treinta años seguían extrayendo granito del castro y que el ganado que por allí ha venido pastando es más bien ovino y no bovino como en éste, que al ser animales más pesados han dañado mayormente el terreno. También nos habló de otros como el de Los Castillejos en Sanchorreja, muy cerca del de La Mesa de Miranda, y ya más lejano, en un paraje impresionante en pleno Gredos, el de El Raso en Candeleda. Pero su castro vettón favorito, según nos dijo, era el de Yecla la Vieja, ya fuera de Ávila, en la provincia de Salamanca. Visto nuestro interés en todo lo relacionado con Las Cogotas y el mundo vettón, nos regaló un cuaderno editado por la diputación de Ávila sobre el Castro de Las Cogotas de Rosa Ruiz Entrecanales, de una colección llamada Cuadernos de Patrimonio Abulense, del que el de Las Cogotas es el nº4 (el nº 1 está dedicado a los verracos, el nº2 al Castro de la Mesa de Miranda y el nº 3 al Castro de Ulaca, espero poder conseguirlos) de donde he tomado unas fotos de esas ilustraciones (no dispongo de escáner), que tanto me gustan, y donde se recrea como pudo ser la vida y las construcciones en esos poblamientos antiguos según la información adquirida sobre el terreno. Tengo pendiente recibir las fotos de la cámara de Ismael y Sonia que hicimos en el castro, en cuanto las reciba serán puestas en este mismo post, así que mientras tanto, ahí os pongo las fotos de estas recreaciones de Sonsoles Arribas.










































Con este señor hablamos también sobre temas prerromanos de los que habíamos charlado en el viaje previamente entre nosotros, como la cuestión tan curiosa de las diferenciaciones paisajísticas que parecen marcar las propias fronteras entre las distintas etnias prerromanas, al menos en la zona central de la península, que es la que mayormente conozco, así el paisaje vettón es bastante distinto al carpetano, y el carpetano a su vez lo es del de la Celtiberia, están totalmente individualizados y es como si estas gentes al llegar a lugares que no les resultaban familiares paisajisticamente, no se aventuraran a adentrarse en ellos, los vieran como algo ajeno y como tal respetaran su pertenencia a otros pueblos, no tenían ningún afán invasionista, imperialista o colonialista como si ocurrió con otros pueblos antiguos, aunque eso no indica naturalmente que no tuvieran sus guerras y sus alianzas, así el pueblo vettón, aparte de ser un pueblo eminentemente ganadero, eran conocidos como grandes guerreros, había un gran culto al guerrero, y así se cree, que el propio término celta 'vettón' significaba "luchador" o "hombre de la guerra". Esta diferenciación paisajística mencionada, es una visión curiosa que acude a la mente de uno cuando se piensa en la geografía humana anterior a la llegada de los itálicos y que trasciende a las propias barreras geográficas como son las montañas que separan unos valles de otros. También nos habló que desde el 2001, cuando se inauguró la exitosa exposición Celtas y Vettones en Ávila, y que incluía visitas guiadas a los castros vettones, exposición a la que asistí con mi gran amigo Alfredo, hay una mayor sensibilidad por parte de las instituciones por velar por este patrimonio histórico, lo cual supone algo muy positivo al respecto. Nos explicó la diferenciación entre lo que se conoce como Cogotas I y Cogotas II, pues hubo hasta tres momentos fundacionales del poblamiento, pero sobre todo se menciona a estos dos, el primero que correspondería al Bronce final, y el segundo a la Segunda Edad del Hierro, y que han quedado como términos acuñados para definir estos dos periodos históricos en toda la Península Ibérica, algo similar a lo que ocurre a nivel europeo con los períodos del Hallstatt y la Têne. Y por supuesto nos habló del primer arqueólogo que estudió y excavó el yacimiento en los años treinta del siglo pasado, el ilustre Juan Cabré, aunque anteriormente hubo un erudito local que ya se preocupó por Las Cogotas, Fausto Rico. Y ya en los 80 Gonzalo Ruiz Zapatero volvió a excavar, al igual que en 2004 Rosa Ruiz Entrecanales. Juan Cabré fue el que diferenció esos dos periodos en el poblamiento (Cogotas I y Cogotas II), y fue también el que excavó cientificamente la Necrópolis de Las Cogotas, que se encuentra a la izquierda del camino poco antes de llegar al castro, a unos 300 metros. Ahí quedan tumbadas muchas de las piedras que servían para marcar los distintos enterramientos, otros muchas se han expoliado para fines constructivos.













Juan Cabré






















Por último, como dato interesante diremos que este señor de unos cuarenta años, que era natural de Navaluenga, nos dijo que el verraco, un cerdo, que se encuentra en la Plaza del Alcázar de Ávila, y que vimos por la mañana, es originario del Castro de Las Cogotas.













Verraco en la Plaza del Álcazar, Ávila. Originario del Castro de Las Cogotas.

Fue muy agradable visitar y pasar las últimas horas de la tarde del reivindicativo primero de mayo (desgraciadamente más festivo y testimonial que otra cosa en los tiempos que corren) en ese castro del que tanto había oido hablar y conocer a esta persona que tan amablemente nos explicó este yacimiento. Nos quedan pendientes las visitas al resto de castros vettones, aunque yo ya visité hace unos años el de Ulaca, y practicar lo que hoy en día se viene conociendo, quizás pedantemente, como arqueoturismo, aunque bendita pedantería, pues todo lo que sea el crecimiento de dicha actividad de ocio, va a traer un mayor cuidado de estos yacimiento por parte de las instituciones pertinentes, o al menos eso se puede esperar en un principio.
Un saludo y hasta la próxima.

P.D. Ahí van unos links bastante interesantes:

http://www.fotoaleph.com/Exposiciones/Verracos/Verracos-index1.html#Verracos

http://www.castrosyverracos.com/

Objetos de la Exposición Celtas y Vettones de 2001:

http://www.coloredhome.com/celtas/celtas.htm





6 Comments:

Anonymous Anónimo said...

espléndido el trabajo, y me dejais con unas ganas tremendas de conocer el sitio. este fin de semana voy a conocer el cerro del bú. Un abrazo

5:58 p. m.  
Blogger Argantonios said...

Cuando vayas a las Cogotas amigo de Berlanga, intenta ver también el castro de Ulaca, yo el de la Mesa de Miranda y el de Sanchorreja aún no los conozco y están más cercanos a las Cogotas, pero el de Ulaca es impresionante, no porque se distinga muy bien como poblado, está todo muy disperso, sino por su emplazamiento y por los elementos que encuentras en él, sobre todo el altar de los sacrificios, y una sauna que decían iniciática, aparte hay unas vistas del valle de Amblés (por donde discurre el río Adaja) increíbles, no me extraña que lo eligieran como sitio porque visualmente abarcaban mucho, aunque también subir a él se las trae, lo bueno que tiene es que aparte de visitar un lugar del pasado, de nuestros antepasados, se hace un poco de senderismo también. El de Candeleda tiene que ser incluso más espectacular en pleno Gredos, tampoco lo conozco, anda que no le quedan a uno cosas por visitar en la piel de toro jaja, todavía queda pendiente mi visita a tu comarca. Ya nos contarás sobre tu visita al cerro del Bú y a Toledo. Un abrazo.

12:49 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Hola, Argantonios. ¡Que chulo el artículo! Tengo una historia para ti, si te viene bien (y si no lo conoces). Es el Parque Arqueológico de Carranque, Villa Materna. Una casa de la familia del emperador Teodosio, llena de mosaicos muy bien conservados. Es una preciosidad. Te dejo el enlace con la página oficial de las excavaciones.

Gracias por el enlace. Con tu permiso, yo también te enlazo. Un beso.

8:34 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Por cierto, espero que no hayas hablado ya de Villa Materna.

8:35 p. m.  
Blogger Argantonios said...

Hola bloggesa, ¡qué va! aún no he hablado de la villa romana de Carranque, pero casualidades de la vida el otro día estuve apunto de poner un video que encontré en youtube que describe el yacimiento, lo que pasa que no tiene mucha calidad y por eso no lo puse, pero ¡qué leches! ya que me das la idea lo voy a poner jaja de todas maneras ahí te pongo el enlace por si le quieres echar un vistazo antes y muchas gracias bloggesa por la recomendación y por añadirme a tu blog, está muy interesante, lo descubrí el otro día a través del blog de "La noche menos pensada" con tu comentario, un plácer conocerte:

http://www.youtube.com/watch?v=RykPo8g2a1Q

Por cierto, aún no visité la villa romana de Carranque, y mira que hace unos años pasaba bastantes veces por allí en bicicleta, ya va siendo hora :-)

4:11 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Yo tampoco he tenido oportunidad de visitarla, pero, por lo que he visto en internet, tiene que ser una chulada. Los mosaicos, algunos, están muy bien conservados. Si es que los romanos tenían arte...

Nos leemos, Argantonios.

4:22 p. m.  

Publicar un comentario

<< Home